31 octubre, 2005

La Pupila Azul (Parte 5)

Su poder iba aumentando. A los quince años fue capaz de dominar una mosca con su mente y hacer que volara hacia donde ella quisiera. Hacía tiempo que intentaba usar su habilidad con animales, pero siempre había sido en vano. Cada vez que fracasaba en su intento, se preguntaba el por qué, pero nunca hallaba una respuesta. Hasta que aquel día, en el comedor del orfanato, se le ocurrió preguntarse lo que pensaba esa mosca pequeñita, que no parecía tener otro propósito más que incordiar. La siguió pacientemente con la mirada e intentó comprender su comportamiento, su modo de vivir. La miraba fijamente, concentrada, y le pareció ver la habitación desde otra perspectiva, le pareció sentir el movimiento de las pequeñas alas. Era una sensación nueva y emocionante para ella, pero no dejó que la excitación la desconcentrase. La mosca se posó sobre la mesa y libó una diminuta gota de zumo de naranja, que había quedado allí después del agitado desayuno. Luego, se limpió finamente las patas delanteras, y alzó de nuevo el vuelo, en busca de más restos. Le quedaba poca vida, y ella lo sabía, así que debía alimentarse todo lo que pudiera y poner pronto sus huevos, para poder, finalmente, morir en paz. Celeste captó todo esto en una décima de segundo, justo cuando la mosca desaparecía de su vista. Pero eso no era problema. Sentía su presencia, así como la de otras muchas que tenía a su alrededor. Sin embargo, ahora las distinguía perfectamente. En ese momento, un destello azul brillante se reflejó en sus pupilas, y penetró fácilmente en la pequeña mente del insecto. Hizo que volara hasta su mesa, y se posara sobre un trozo de pan. “¡¡Plaf!!”, un diestro golpe de servilleta acabó con su experimento. Se quedó mirando a la mosca y sonrió, mientras oía la voz distante de sus compañeras de mesa: “Ni siquiera ha intentado escapar, debía estar atontada”. Sí, aún le faltaban reflejos, pero todo llegaría a su debido tiempo.
Su nueva experiencia le hizo dedicarse plenamente al estudio de los animales, y no practicaba con otra cosa. A la mosca siguieron todo tipo de insectos, luego los pájaros, los gatos, perros y demás especies. Podía modificar sus conductas a su antojo, y disfrutaba enormemente con su dominio. Era como si entrara en sus mentes a través de los ojos, y activara algún tipo de resortes, para hacer que el animal le obedeciera. Era fácil, sólo tenía que concentrarse.
Y no fue hasta los diecinueve años, cuando llegó a dominar la mente de un ser humano. Resultó bastante más complicado de lo que esperaba, pero en ningún momento lo consideró imposible. La mente humana poseía tal multitud de pensamientos, sensaciones, detalles y zonas desconocidas, que, al principio, se encontraba algo perdida dentro de ella, tratando de analizarlo y comprenderlo todo. En algunos animales ya había observado rasgos individuales, exclusivos de ese animal, pero el resto formaban parte del instinto de la especie. Esto hacía que, cuando Celeste conseguía adentrarse en la mente de un nuevo animal, ya era capaz de dominar a cualquiera de su misma especie. Pero en los humanos, la mayor parte de la mente estaba constituida por rasgos individuales, y tenía que analizar a cada persona por separado. A esta dificultad, se unía la de que los seres humanos poseían una especie de barrera protectora, que hacía más difícil el acceso a ellos. Había personas que tenían esta defensa mental bastante resistente, y otros a los que a penas les protegía. Pero Celeste consiguió evitarla con la práctica. Empezó con los niños, cuya mente aún no se había desarrollado por completo. Luego, siguió con los adultos. Después de dos años, su velocidad de comprensión había aumentado notablemente. Tardaba unos tres segundos y once décimas en dominar la mente de un ser humano. Era capaz de leer sus pensamientos, incluso de cambiarlos, mientras lo miraba a los ojos. Todos se quedaban quietos, parecían hipnotizados frente a aquellas pupilas de un azul brillante. No se daban cuenta de nada, no intentaban detenerla, todo era tan sencillo...

1 comentario:

Unknown dijo...

mmmmeee encantooooo :)