11 octubre, 2005

Epidemia de Amor

Esta "disertación científica" sobre el amor la escribí hace ya unos cuantos años. Sigo pensando que el fenómeno del enamoramiento tiene muchas similitudes con un virus, y si no me creeis, leed y opinad.

Epidemia de Amor

El amor es una enfermedad muy común entre la raza humana. Se ha comprobado que el 99% de la población mundial la está padeciendo o la ha padecido en algún momento, y que afecta igualmente a hombres y mujeres.
Se sabe que antes de producirse, ha existido un contacto visual, auditivo, y en algunos casos táctil, con una persona del sexo contrario (preferentemente). Los primeros síntomas aparecen inmediatamente después. Primero, se experimenta un sobresalto y el corazón comienza a latir ligeramente más de prisa. Con estas sensaciones, se puede estar casi seguro de que la enfermedad ya se está desarrollando.
En la segunda fase o de incubación, el individuo se muestra inquieto y apenas habla. Se queda pensativo a la menor ocasión y suspira sin razón aparente de cansancio. No puede sacarse de la cabeza esa imagen, esa voz que le hizo sentirse desconcertado. La propia enfermedad impide que el individuo busque una explicación a este comportamiento, y hace que no se de cuenta de lo que le está pasando.
Después de esta fase, llega la definitiva, que comienza con el segundo contacto. En ese momento se muestran abiertamente todos los síntomas, con más o menos intensidad según la duración del encuentro, y ya se puede calificar al sujeto de “enamorado” (Así se denomina al que padece esta extraña enfermedad). Cuando se produce este segundo contacto, se siente de nuevo un sobresalto. El corazón va aumentando la velocidad de sus latidos hasta llegar al máximo, obligando al enamorado a respirar casi de manera entrecortada. Un agradable calor sube desde el estómago y se detiene en la cabeza. Las sienes laten violentamente, y desde el exterior se puede observar como las mejillas adquieren un peculiar color encarnado. Los escalofríos se suceden, atravesando la espina dorsal, y el sudor enfría las manos, que tiemblan ligeramente. Una alegría interna surge al exterior durante todo el encuentro, y permanece patente hasta unos minutos después, cuando el enamorado vuelve, poco a poco, a la normalidad. Entonces se incuba de nuevo la enfermedad hasta el siguiente contacto.
Cuando se padece amor, se sienten grandes deseos de estar con el ser “amado” (Así se denomina al que provoca esta extraña enfermedad). A menudo, dos seres pueden provocarse mutuamente amor. En este caso, los efectos son explosivos y hacen que los “enamorados” permanezcan siempre juntos, hasta que finalice la enfermedad. La duración es imprevisible, llegando a prolongarse, en muchos casos, toda la vida.
Otro caso diagnosticado, muy común, es la existencia de dos “enamorados” de un mismo “amado”. Cuando esto ocurre, las consecuencias pueden ser desastrosas, ya que la enfermedad hace que el “enamorado” esté dispuesto a todo con tal de conseguir a su “amado”, llegando a matar en algunas ocasiones.
Librarse de esta enfermedad es bastante difícil. Se puede ocultar, pero causa gran sufrimiento e impotencia. La única cura posible consiste en intentar olvidar al ser “amado”, lo que puede tener efectos secundarios tales como gran tristeza, desesperación, deseos de suicidio o pérdida de la razón. Después de un tiempo prudencial, si se ha logrado superar el tratamiento, estos efectos desaparecen, y el individuo vuelve a ser el mismo de antes. Pero entonces ha de tener mucho cuidado, pues el amor puede aparecer de nuevo al tener otro contacto con la persona que lo provocó. Si esto no ocurre, puede considerarse fuera de peligro.
Cuando se ha padecido amor, uno no queda inmunizado, sino que puede padecerlo de nuevo a causa de otro ser, o del mismo, repetidas veces.
Esta extraña y a menudo terrible enfermedad podría ser contagiosa. Hoy en día afecta a la gente cuando menos se la espera, y se ha extendido por todo el mundo provocando matrimonios, divorcios, asesinatos, nacimiento de niños, suicidios y locura. Así que tenga mucho cuidado, porque está ahí, y le puede atrapar en cualquier momento.

¡Sálvese quien pueda! ¡Epidemia de amor!

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