09 noviembre, 2005

De nuevo en la brecha

Aquí sigo con la pata en alto. Si al principio me machaqué la pierna sana dando saltitos mientras me cogía a los muebles, ahora tengo unas agujetas horribles en los brazos. Ya le estoy pillando el truco a las muletas, pero mis enclenques extremidades superiores tienen que hacer un sobreesfuerzo para aguantar todo el peso de mi cuerpo. No, si al final me voy a poner cachas y todo.
Hoy me han llamado del trabajo (sí, ése que aún no he podido empezar por mi querido tobillo), para ofrecerme más horas de contrato. Á las 7 horas a la semana que me propusieron le han añadido nada más y nada menos que 34. Como son dos contratos diferentes, con dos entidades independientes, voy a poder currar más de 40 horas semanales. De manera que parece que ahora he de recuperar el tiempo perdido en el paro.
Sé lo que se me viene encima, porque ya he estado antes trabajando a ese ritmo, y por eso mismo estoy un poco asustada. Trabajar sin horario, con guardias, viajes, alguna que otra responsabilidad. Al menos he estado un año de relax que me permitirá afrontarlo con fuerzas. Lo que más miedo me da es que mi tobillo no se recupere a tiempo. Se supone que este lunes tengo que estar sana y lustrosa como una manzana, y aún no he probado a apoyar el pie en el suelo. Mañana lo intentaré a ver qué pasa.
Por otra parte, me preocupa qué va a pasar con todas estas actividades que he ido cultivando en mi tiempo libre: la danza del vientre, mis intercambios en inglés, las horas en que ayudaba a mi padre en su despachito. ¡Ah!, ya me estoy estresando y aún no he empezado a currar.

No hay comentarios: