Desde que la empecé a ver me enganché sin remedio, y es que tiene todos los ingredientes para gustarme: obsesión por la perfección del cuerpo, sexo, un tío cabrón y superficial, un triángulo amoroso y humor. Es perfecta...
Para los que no la conocéis trata de dos cirujanos plásticos que tienen una clínica privada y formas de vida contrapuestas. Mientras Sean McNamara está casado y lleva una vida sin grandes sobresaltos, Christian Troy es un cuarentón rebelde que se acuesta con toda mujer que se le pone a tiro, aunque a la única que quiere de verdad no puede conseguirla. Ella no es otra que Julia, la mujer de Sean.
Y aquí tenéis a Christian, al que, pese a mi fobia a las agujas y demás objetos cortantes, dejaría que me pinchara con un bisturí sin dudarlo. Me encanta cuando suelta una de sus burradas y sonríe de esa forma tan picarona que sólo él sabe.
21 julio, 2005
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