20 julio, 2005

Dolor

2. Dolor

ALÉJATE DE MÍ

¡Aléjate de mí!
Oh, ángel del infierno,
ten piedad de mí
y arrebátame el sufrimiento.

Arráncame el sentimiento
que me provoca su amor,
aunque en el brutal intento
me arranques el corazón.

Que a cada latido llora
la sangre sobre mis venas.
lágrimas que rememoran
y que reavivan mis penas.

Me está matando este amor
y sin darme a cambio nada,
pues por uno de sus besos
moriría yo encantada.

Quisiera huir de ti
y de él, del mundo entero.
Más no es posible partir...
¡Dios mío cuánto le quiero!

Si supieras lo que siento,
si sintieras lo que sufro,
si sufrieras lo que tengo,
si tuvieras lo que busco...

A borbotones las letras
salen de mi alma herida,
se deslizan lentas, lentas,
al blancor que nunca olvida.

¡Aléjate ya de aquí!
De mi mente, de mis sueños,
deja que duerma al fin
la esperanza de tenerlo.

O sumérgeme en un mar
donde no exista el recuerdo,
donde no exista el dolor,
donde no exista mi dueño.


COMO LAS OLAS

Como las olas de espuma
sobre la playa de sal,
que acarician, sigilosas
y susurran sin parar.

Como los vientos que brotan
del oscuro temporal
y con fervor se desbocan
y las hacen sollozar.

Como la lluvia incipiente
que las aviva y aumenta,
mil y una lágrimas vierte
y con dolor las alimenta.

Oye como gritan, oye,
óyelas chillar de pena,
quieren volver a su playa
y acariciarla de arena.

Y así gimen y se quejan,
allá en la playa de sal.
y así rugen sin respuesta
en horizontes de cal.

Donde ni un mísero barco
se aventura a navegar,
solas, sin más compañía
que mi corazón de mar.


SIN LÁGRIMAS

Donde irán esas lágrimas
derramadas por amor.
Dónde irán tan deprisa,
vivas marcas del dolor,
que al pasar por mis mejillas
dejan amargo sabor.

Salado cuando en mi boca
se posan a descansar,
y dulces cuando se pierden
y no sé ya dónde van.

Y así al marcharse se llevan
un trozo de sufrimiento,
y me quedo cara a cara
con un mar de sentimientos.

Cuando brotan soy consciente
de lo que ocurre en verdad.
Cuando brotan me doy cuenta
de que aún siento soledad.

Hace tiempo que no vienen
a aliviarme con su canto.
Hace tiempo que no vienen
a escuchar mi triste llanto.

Pero sangro todavía
y la herida me la trago,
aunque no la aguanto dentro,
sin que salga ni un pedazo.

Será que no quieren verme
hartas ya de mi canción
y aunque no lloran mis ojos,
lo hace herido el corazón.

Será que se me han secado
del continuo sollozar,
y que no me quedan lágrimas
con las que poder llorar.

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